Tantos años después del golpe militar, las circunstancias exactas de la muerte del presidente Salvador Allende no han sido establecidas. Nunca se han dado a conocer las investigaciones realizadas ni el informe de su exhumación del cadaver realizado en septiembre de 1990.
La versión oficial dada por Pinochet es que Salvador Allende se suicidó en la Moneda con un arma que le había regalado Fidel Castro.Sin embargo , y aunque esto fuese así , es tanta la cantidad de contradiciones, falsedades y oscurantismo que rodean la muerte del presidente Allende que la duda aún planea sobre ella. Aún hoy no se sabe con certeza si Allende fue asesinado o prefirió quitarse la vida antes que entregarse tras el asalto del Palacio de la Moneda.
La junta militar nunca dio a conocer el informe forense realizado por la Policía Técnica de Investigaciones. Tampoco, el examen de la autopsia practicado al cadáver del presidente la noche del 11 de septiembre.
El escenario de la muerte fue adulterado por oficiales del ejército que entraron al salón Independencia poco después que Allende murió. Al mando del general Javier Palacios, quien comandó el asalto a La Moneda, los militares se quedaron con varias evidencias de lo allí sucedido como un cartucho de pistola de calibre no especificado, “presumiblemente un arma corta, vainillas y proyectiles de calibres igualmente indeterminados”, como se señala en lo poco que se ha conocido del acta del Departamento de la Policía Técnica de Investigaciones, del 11 de septiembre de 1973. En este informe no se hizo específico las medidas ni las trayectorias de las balas alojadas en la parte superior de los muros del salón donde se encontró el cadáver.
Veamos el resultado de distintas investigaciones llevadas a cabo por periodistas investigadores de la muerte de Allende.
“El día del golpe el presidente Allende se mostró como un gran combatiente, se mantuvo tranquilo y muy dueño de la situación. Prueba de ello es su histórico discurso de despedida, que pude presenciar, y la decisión y valentía con que enfrentó la adversidad”, dice en una entrevista Renato González , mejor conocido como Eladio, que fue uno de los 16 miembros de la guardia personal de Allende (GAP) que estuvo con el presidente en La Moneda. Sólo cuatro de ellos vivirían para contarla.
“A eso de las 8:30 Allende se reunió con nosotros ,las 16 personas que permanecíamos allí. Dijo que entendía que militarmente quedarse ‘era ponerse en una ratonera, era un suicidio… y que aquellos que discreparan podían abandonar el Palacio, para defender al gobierno desde el exterior’. Justificó su decisión de combatir al decir que había que ‘dejar un ejemplo’. Pidió que dieran un paso al frente quienes discreparan. Ninguno avanzó. Éramos concientes de a qué nos quedábamos… Eso emocionó al presidente…
Luego llegó personal de Investigaciones, unos 12 hombres al mando del inspector jefe de la escolta presidencial, Juan Seoane. Traían una subametralladora y otras armas. Recuerdo que cerca de las 9:30 fue el primer enfrentamiento: un tanque comenzó el fuego. Allende nos había advertido de no disparar primero… Pero una vez comenzado el fuego él fue el más bravo combatiente, había que estar sacándolo de las ventanas de su gabinete que daban a la Plaza de la Constitución”.“Allende pasaba por nuestros puestos, preguntándonos cómo estábamos, si había heridos…"
(última imagen de Allende con vida, durante el acoso en la Moneda)
Eladio señala que fueron más de cinco las horas de combate y resistencia.
La versión oficial dada por Pinochet es que Salvador Allende se suicidó en la Moneda con un arma que le había regalado Fidel Castro.Sin embargo , y aunque esto fuese así , es tanta la cantidad de contradiciones, falsedades y oscurantismo que rodean la muerte del presidente Allende que la duda aún planea sobre ella. Aún hoy no se sabe con certeza si Allende fue asesinado o prefirió quitarse la vida antes que entregarse tras el asalto del Palacio de la Moneda.
La junta militar nunca dio a conocer el informe forense realizado por la Policía Técnica de Investigaciones. Tampoco, el examen de la autopsia practicado al cadáver del presidente la noche del 11 de septiembre.
El escenario de la muerte fue adulterado por oficiales del ejército que entraron al salón Independencia poco después que Allende murió. Al mando del general Javier Palacios, quien comandó el asalto a La Moneda, los militares se quedaron con varias evidencias de lo allí sucedido como un cartucho de pistola de calibre no especificado, “presumiblemente un arma corta, vainillas y proyectiles de calibres igualmente indeterminados”, como se señala en lo poco que se ha conocido del acta del Departamento de la Policía Técnica de Investigaciones, del 11 de septiembre de 1973. En este informe no se hizo específico las medidas ni las trayectorias de las balas alojadas en la parte superior de los muros del salón donde se encontró el cadáver.
Veamos el resultado de distintas investigaciones llevadas a cabo por periodistas investigadores de la muerte de Allende.
“El día del golpe el presidente Allende se mostró como un gran combatiente, se mantuvo tranquilo y muy dueño de la situación. Prueba de ello es su histórico discurso de despedida, que pude presenciar, y la decisión y valentía con que enfrentó la adversidad”, dice en una entrevista Renato González , mejor conocido como Eladio, que fue uno de los 16 miembros de la guardia personal de Allende (GAP) que estuvo con el presidente en La Moneda. Sólo cuatro de ellos vivirían para contarla.
“A eso de las 8:30 Allende se reunió con nosotros ,las 16 personas que permanecíamos allí. Dijo que entendía que militarmente quedarse ‘era ponerse en una ratonera, era un suicidio… y que aquellos que discreparan podían abandonar el Palacio, para defender al gobierno desde el exterior’. Justificó su decisión de combatir al decir que había que ‘dejar un ejemplo’. Pidió que dieran un paso al frente quienes discreparan. Ninguno avanzó. Éramos concientes de a qué nos quedábamos… Eso emocionó al presidente…
Luego llegó personal de Investigaciones, unos 12 hombres al mando del inspector jefe de la escolta presidencial, Juan Seoane. Traían una subametralladora y otras armas. Recuerdo que cerca de las 9:30 fue el primer enfrentamiento: un tanque comenzó el fuego. Allende nos había advertido de no disparar primero… Pero una vez comenzado el fuego él fue el más bravo combatiente, había que estar sacándolo de las ventanas de su gabinete que daban a la Plaza de la Constitución”.“Allende pasaba por nuestros puestos, preguntándonos cómo estábamos, si había heridos…"
(última imagen de Allende con vida, durante el acoso en la Moneda)
Eladio señala que fueron más de cinco las horas de combate y resistencia.
Este ex miembro de los GAP señala que el objetivo de la defensa era esperar que distintos sectores de la Unidad Popular ejecutaran el previamente establecido Plan Santiago, por el que se haría ocupación de distintos puntos cercanos a La Moneda. Pero nadie llegó. Eladio señala que sólo después de las 13:00 horas, cuando el incendio se expandía por toda La Moneda el ejército logró entrar: “Lo hicieron por la entrada de Morandé 80 y por la que da a la Plaza de la Constitución. Hubo combate. Los militares coparon la segunda planta y fuimos hechos prisioneros. Me sacaron a golpes y culatazos por ... Yo estaba combatiendo en el gabinete del presidente mientras él estaba 50 metros más al sur, en el salón Independencia (…) Lo acompañaban algunos de sus colaboradores y médicos mientras en los pasillos seguían los disparos ...”
“Allende andaba en sus manos con el Kalashnikov plegable que le regaló Fidel (…) Óscar Soto me dijo, cuando ya estábamos en el suelo fuera de La Moneda amenazados de que nos pasaría por encima un tanque, que Allende ‘había muerto’”.
Para salvar su vida Eladio aprovecho el paso de un jeep de de sanidad del Ejército. fingiendo un ataque de peritonitis .Algunos trabajadores de la salud a quienes había conocido en su calidad de miembro de la escolta presidencial, lo disfrazaron de camillero para salvarlo. Eladio se asiló en la Embajada de México el 16 de septiembre. Es mismo día partía a ese país junto a las hijas y a la esposa de Allende, Hortensia Bussi.
Eladio señala que aunque la mayoría se inclina por la tesis del suicidio, él estima que hay “cosas que no concuerdan”. Dice que su primera convicción nace del hecho que “Allende siempre luchó y de haber querido morir hubiera preferido hacerlo en combate”. Y añade: “Una primera versión del ejército fue que un GAP lo había ajusticiado. Después no permitieron una autopsia independiente ni el acceso a la prensa. Además, todos saben que el objetivo de Pinochet no era ‘respetarle la vida’, como lo confirman las grabaciones captadas por radioaficionados donde Pinochet aparece planeando el derribo de un avión con tal de matarlo (…) "
Todos los que rodeaban al presidente coinciden que Allende les habría dado la orden de salir, pero las versiones sobre qué ocurrió después, no coinciden (…) Eladio no descarta que Allende se haya suicidado, pero tampoco que pueda haber intervenido el Ejército en su muerte.
A las 14.50 la junta anunció que La Moneda había sido ocupada. Ignacio González, en "El día que murió Allende", recoge la versión del doctor Patricio Guijón. Según ésta Allende habría aceptado entregarse, ordenando que se formara una fila para salir por la puerta de Morandé. Se habría ubicado al final de esta, volviéndose y suicidándose solo en el Salón Independencia.Pero persisten dudas y versiones contradictorias.
Para el periodista Camilo Taufic, la metralleta con la que se habría matado “no estuvo en La Moneda ese día”. Varias versiones coinciden que el sitio del suceso y la posición del cuerpo “podrían haber sido adulteradas”.Según la versión oficialmente aceptada, el doctor Guijón alcanzó a ver el suicidio de Allende. Luego, se sentó junto al cuerpo, tomó la metralleta y la puso atravesada sobre las piernas de Allende. Incluso le tomó el pulso. Habría estado unos 10 minutos velándolo, hasta que los militares irrumpieron.
Lo cierto es que uno de los militares golpistas ,el general Palacios ,se comunicó con el almirante Carvajal ( coordinador del golpe), para que le retransmitiera a Pinochet: ‘Misión cumplida, Moneda tomada, Presidente muerto’.
“Allende andaba en sus manos con el Kalashnikov plegable que le regaló Fidel (…) Óscar Soto me dijo, cuando ya estábamos en el suelo fuera de La Moneda amenazados de que nos pasaría por encima un tanque, que Allende ‘había muerto’”.
Para salvar su vida Eladio aprovecho el paso de un jeep de de sanidad del Ejército. fingiendo un ataque de peritonitis .Algunos trabajadores de la salud a quienes había conocido en su calidad de miembro de la escolta presidencial, lo disfrazaron de camillero para salvarlo. Eladio se asiló en la Embajada de México el 16 de septiembre. Es mismo día partía a ese país junto a las hijas y a la esposa de Allende, Hortensia Bussi.
Eladio señala que aunque la mayoría se inclina por la tesis del suicidio, él estima que hay “cosas que no concuerdan”. Dice que su primera convicción nace del hecho que “Allende siempre luchó y de haber querido morir hubiera preferido hacerlo en combate”. Y añade: “Una primera versión del ejército fue que un GAP lo había ajusticiado. Después no permitieron una autopsia independiente ni el acceso a la prensa. Además, todos saben que el objetivo de Pinochet no era ‘respetarle la vida’, como lo confirman las grabaciones captadas por radioaficionados donde Pinochet aparece planeando el derribo de un avión con tal de matarlo (…) "
Todos los que rodeaban al presidente coinciden que Allende les habría dado la orden de salir, pero las versiones sobre qué ocurrió después, no coinciden (…) Eladio no descarta que Allende se haya suicidado, pero tampoco que pueda haber intervenido el Ejército en su muerte.
A las 14.50 la junta anunció que La Moneda había sido ocupada. Ignacio González, en "El día que murió Allende", recoge la versión del doctor Patricio Guijón. Según ésta Allende habría aceptado entregarse, ordenando que se formara una fila para salir por la puerta de Morandé. Se habría ubicado al final de esta, volviéndose y suicidándose solo en el Salón Independencia.Pero persisten dudas y versiones contradictorias.
Para el periodista Camilo Taufic, la metralleta con la que se habría matado “no estuvo en La Moneda ese día”. Varias versiones coinciden que el sitio del suceso y la posición del cuerpo “podrían haber sido adulteradas”.Según la versión oficialmente aceptada, el doctor Guijón alcanzó a ver el suicidio de Allende. Luego, se sentó junto al cuerpo, tomó la metralleta y la puso atravesada sobre las piernas de Allende. Incluso le tomó el pulso. Habría estado unos 10 minutos velándolo, hasta que los militares irrumpieron.
Lo cierto es que uno de los militares golpistas ,el general Palacios ,se comunicó con el almirante Carvajal ( coordinador del golpe), para que le retransmitiera a Pinochet: ‘Misión cumplida, Moneda tomada, Presidente muerto’.
La periodista Patricia Verdugo en su libro "Interferencia Secreta" dice: “El inspector Espinoza y el subinspector Navarro (de la Brigada de Homicidios) reciben la orden de ir a La Moneda. Deben llevar todos los elementos para hacer un peritaje, incluido un experto planimetrista, un fotógrafo y un perito balístico. Un vehículo militar los lleva primero al Ministerio de Defensa. Sólo entonces se enterarán de quién es el muerto. ‘Lo asesinó un GAP’, informa allí el general Herman Brady, quien era comandante de la Guarnición de Santiago . Cuando llegan los peritos de Investigaciones a La Moneda, entran al ‘sitio del suceso’ y reciben una segunda y contradictoria versión: ‘Se suicidó -dice el general Palacios-, en el Salón Independencia’”.
“La interferencia y adulteración del escenario de la muerte por obra del general Palacios y sus hombres, que quedó registrada en el propio informe del acta de los peritajes realizados en el Salón Independencia por personal de la BH y de la Policía Técnica, habría tenido por objeto ocultar aquella arma corta y convencer al mundo de que Allende se había dado muerte con el fusil que le obsequiara Fidel”, dice Hermes Benítez.
“La interferencia y adulteración del escenario de la muerte por obra del general Palacios y sus hombres, que quedó registrada en el propio informe del acta de los peritajes realizados en el Salón Independencia por personal de la BH y de la Policía Técnica, habría tenido por objeto ocultar aquella arma corta y convencer al mundo de que Allende se había dado muerte con el fusil que le obsequiara Fidel”, dice Hermes Benítez.
(soldados golpistas transportan el cuerpo sin vida de Salvador Allende)
Allende fue enterrado en secreto en el Cementerio Santa Inés, de Viña del Mar y el día 12, trasladado por un avión FACH hasta Quintero, y de allí en una ambulancia, con fuerte custodia militar. La tapa del féretro, soldada y sellada con remaches de metal.
A sus allegados no se les permitió ver el cuerpo. El acta fue publicada el año 2000 por Mónica González, en el libro “La conjura: los mil y un días del golpe”: “La causa de la muerte es una herida a bala cérvico-buco-cráneo-encefálica, con salida de proyectil… el disparo corresponde a los llamados ‘de corta distancia’ en medicina legal… el disparo ha podido ser hecho por la propia persona. En ambas manos hay salpicaduras de sangre, especialmente en la derecha”.
La autopsia que fue realizada por médicos militares de las cuatro ramas de als fuerzas armadas dice también: “En la región submentoniana, inmediatamente por detrás del borde inferior del hueso maxilar inferior, se observa un orificio de entrada de proyectil. El proyectil perfora el piso de la boca”.Para la Policía Técnica “la muerte se produjo como consecuencia de una herida a bala… (aunque) no se descarta la posibilidad de que se trate de dos disparos de rápida sucesión”. Ningún informe indicó “el calibre de la o las balas” ni se determinó si eran de metralleta o de pistola.
El 2003 surgió una versión que sostiene que instantes antes de morir había al menos 8 personas, la mayoría médicos, muy cerca de él. Según relata el doctor José Quiroga no sólo el doctor Guijón lo vio morir, sino también el entonces ministro de Salud, Arturo Jirón, Hernán Ruiz, el subsecretario Arsenio Poupin, el intendente de Palacio, Enrique Huerta, y el detective Garrido. También dos o tres GAP. Según Hermes Benítez sólo los doctores Quiroga y Guijón vieron efectivamente cuando Allende se habría disparado: “El resto de los ‘testigos’ no sólo no presenciaron el alzamiento del cuerpo del presidente por efecto del disparo, en medio del humo y la oscuridad, sino que tampoco ingresaron posteriormente al Salón Independencia. El único que tuvo la presencia de ánimo, y el valor, para hacerlo, fue el doctor Guijón” dice.
Una fotografía mostraría a Salvador Allende muerto, tendido en el sofá “hasta donde al parecer fue arrastrado, cargado sobre una frazada doblada puesta bajo su espalda". El cineasta Patricio Guzmán declaró que, con anterioridad a esta foto, el cuerpo yacía tendido en el suelo”, escribió el periodista Taufic. Agrega que ningún informe indicó “el calibre de la o las balas” ni se determinó si eran de metralleta o de pistola.
El cineasta Patricio Guzmán, autor del galardonado documental “Allende”, que estuvo a primeras horas del 11-S filmando en las afueras de La Moneda, declaró a la BBC de Londres que, con anterioridad a esta foto, el cuerpo de Allende muerto yacía tendido en el suelo( en 1973 filma “La Batalla de Chile”, un documental de 5 horas sobre el final del gobierno de Allende. La revista CINEASTE lo nomina como “uno de los 10 mejores filmes políticos del mundo”. Después del golpe de estado, Guzmán es amenazado de fusilamiento y permanece incomunicado dos semanas en el estadio nacional. Abandona el país en noviembre de 1973)
Eugene Propper , fiscal estadounidense que investigó en Washington el caso Letelier ( asesinato del Primer Ministro de Allende en Estados Unidos) , en su libro “Laberinto” (escrito en colaboración con Taylor Branch) afirma: “El jefe de Investigaciones, general Ernesto Baeza, ordena a los detectives de la Brigada de Homicidios entrar en La Moneda y realizar una investigación a fondo sobre la muerte de Allende. Esta medida provoca la primera controversia entre los nuevos gobernantes militares, la mayor parte de los cuales se opone violentamente a que el ’sitio del suceso’ sea examinado por profesionales… Querían presentar la muerte de Allende como un suicidio”. Al día siguiente el General Ernesto Baeza renuncia a su cargo de jefe de Investigaciones por estar en desacuerdo en como se estaba llevando el asunto de la muerte de Allende, pero Pinochet le "persuade" que permanezca.
Propper entrega el nombre de un oficial de Ejército “que había matado a Allende”. Su fuente es el delegado del FBI, Robert Scherrer: “El capitán René Riveros era un héroe especial para algunos de sus colegas de las FFAA, porque él fue quien mató al presidente Allende en el asalto a La Moneda”.Uno de los oficiales que entró a la escena de la muerte fue Armando Fernández Larios(siempre ha fue considerado como un hombre de la CIA en el Ejército), quien permanece preso en Estados Unidos bajo protección federal por su autoría del crimen del ex primer Ministro de Allende, Orlando Letelier, ocurrido el 21 de septiembre de 1976 ( en Estados Unidos)
El fusil Kalashnikov plegable que Fidel le regalara a Allende y que, según la versión oficial de los militares habría sido el arma del suicidio, permanece desaparecido a pesar de ser una pieza de alto contenido histórico.
Ni siquiera el informe completo de la exhumación, realizada con ocasión de su funeral el 4 de septiembre de 1990 ha sido dado a conocer.Aumenta estas dudas, el hecho que Pinochet ordenó personalmente el fusilamiento inmediato del estrecho colaborador de Allende, Enrique Paris, quien lo acompañó esa jornada hasta el final y pudo ser testigo de su muerte. También mandó matar a todos los guardias presidenciales que estuvieron con Allende ese día.
El 20 de septiembre de 1973, el general Baeza, que ya había olvidado su transitoria renuncia, añadía que “los proyectiles suicidas fueron disparados con el arma puesta entre las rodillas y el cañón pegado a la barbilla”. Y agregaba: “Arma utilizada: fusil-ametralladora núm. 1.651, de fabricación soviética, en cuya culata se leía la inscripción: ‘A Salvador, de su compañero de armas, Fidel’”.
Pero, aparentemente, del fusil-ametralladora dedicado por Fidel Castro no salió ningún tiro el 11 de septiembre, ni el arma estuvo en La Moneda, al menos mientras Allende vivió. Desapareció ese mismo día, y nunca más se lo ha vuelto a ver, aparentemente destruido (junto a todas las otras pruebas físicas de las armas y proyectiles que pudieron intervenir en la muerte de Allende) por orden del general Javier Palacios, siguiendo instrucciones de la Junta Militar.
El asesor político de Allende y perseguidor implacable de Pinochet, el abogado español Joan Garcés,afirmó que “La metralleta obsequiada por Fidel Castro a Salvador nunca salió de El Cañaveral ( residencia presidencial donde Allende se reunía con sus íntimos) ; siempre estuvo allí, expuesta en una pared del living”.
La noche del 10 al 11 de septiembre, tanto Joan Garcés como el periodista Augusto Olivares pasaron la noche en Tomás Moro , residencia de Allende (después del bombardeo en La Moneda, también se bombardeó la casa de Salvador Allende en la calle Tómas Moro). En la madrugada se trasladaron a La Moneda, tras los coches que llevaban al Presidente y su escolta, armados cada uno de sus integrantes con fusiles-ametralladora AK-S. Éstos eran 20 ó 23, según distintas fuentes, pero el arma obsequiada por Fidel Castro seguía en El Cañaveral.
(imagen de la casa de Allende en la calle Tomás Moro tras ser bombardeada)
Allende fue enterrado en secreto en el Cementerio Santa Inés, de Viña del Mar y el día 12, trasladado por un avión FACH hasta Quintero, y de allí en una ambulancia, con fuerte custodia militar. La tapa del féretro, soldada y sellada con remaches de metal.
A sus allegados no se les permitió ver el cuerpo. El acta fue publicada el año 2000 por Mónica González, en el libro “La conjura: los mil y un días del golpe”: “La causa de la muerte es una herida a bala cérvico-buco-cráneo-encefálica, con salida de proyectil… el disparo corresponde a los llamados ‘de corta distancia’ en medicina legal… el disparo ha podido ser hecho por la propia persona. En ambas manos hay salpicaduras de sangre, especialmente en la derecha”.
La autopsia que fue realizada por médicos militares de las cuatro ramas de als fuerzas armadas dice también: “En la región submentoniana, inmediatamente por detrás del borde inferior del hueso maxilar inferior, se observa un orificio de entrada de proyectil. El proyectil perfora el piso de la boca”.Para la Policía Técnica “la muerte se produjo como consecuencia de una herida a bala… (aunque) no se descarta la posibilidad de que se trate de dos disparos de rápida sucesión”. Ningún informe indicó “el calibre de la o las balas” ni se determinó si eran de metralleta o de pistola.
El 2003 surgió una versión que sostiene que instantes antes de morir había al menos 8 personas, la mayoría médicos, muy cerca de él. Según relata el doctor José Quiroga no sólo el doctor Guijón lo vio morir, sino también el entonces ministro de Salud, Arturo Jirón, Hernán Ruiz, el subsecretario Arsenio Poupin, el intendente de Palacio, Enrique Huerta, y el detective Garrido. También dos o tres GAP. Según Hermes Benítez sólo los doctores Quiroga y Guijón vieron efectivamente cuando Allende se habría disparado: “El resto de los ‘testigos’ no sólo no presenciaron el alzamiento del cuerpo del presidente por efecto del disparo, en medio del humo y la oscuridad, sino que tampoco ingresaron posteriormente al Salón Independencia. El único que tuvo la presencia de ánimo, y el valor, para hacerlo, fue el doctor Guijón” dice.
Una fotografía mostraría a Salvador Allende muerto, tendido en el sofá “hasta donde al parecer fue arrastrado, cargado sobre una frazada doblada puesta bajo su espalda". El cineasta Patricio Guzmán declaró que, con anterioridad a esta foto, el cuerpo yacía tendido en el suelo”, escribió el periodista Taufic. Agrega que ningún informe indicó “el calibre de la o las balas” ni se determinó si eran de metralleta o de pistola.
El cineasta Patricio Guzmán, autor del galardonado documental “Allende”, que estuvo a primeras horas del 11-S filmando en las afueras de La Moneda, declaró a la BBC de Londres que, con anterioridad a esta foto, el cuerpo de Allende muerto yacía tendido en el suelo( en 1973 filma “La Batalla de Chile”, un documental de 5 horas sobre el final del gobierno de Allende. La revista CINEASTE lo nomina como “uno de los 10 mejores filmes políticos del mundo”. Después del golpe de estado, Guzmán es amenazado de fusilamiento y permanece incomunicado dos semanas en el estadio nacional. Abandona el país en noviembre de 1973)
Eugene Propper , fiscal estadounidense que investigó en Washington el caso Letelier ( asesinato del Primer Ministro de Allende en Estados Unidos) , en su libro “Laberinto” (escrito en colaboración con Taylor Branch) afirma: “El jefe de Investigaciones, general Ernesto Baeza, ordena a los detectives de la Brigada de Homicidios entrar en La Moneda y realizar una investigación a fondo sobre la muerte de Allende. Esta medida provoca la primera controversia entre los nuevos gobernantes militares, la mayor parte de los cuales se opone violentamente a que el ’sitio del suceso’ sea examinado por profesionales… Querían presentar la muerte de Allende como un suicidio”. Al día siguiente el General Ernesto Baeza renuncia a su cargo de jefe de Investigaciones por estar en desacuerdo en como se estaba llevando el asunto de la muerte de Allende, pero Pinochet le "persuade" que permanezca.
Propper entrega el nombre de un oficial de Ejército “que había matado a Allende”. Su fuente es el delegado del FBI, Robert Scherrer: “El capitán René Riveros era un héroe especial para algunos de sus colegas de las FFAA, porque él fue quien mató al presidente Allende en el asalto a La Moneda”.Uno de los oficiales que entró a la escena de la muerte fue Armando Fernández Larios(siempre ha fue considerado como un hombre de la CIA en el Ejército), quien permanece preso en Estados Unidos bajo protección federal por su autoría del crimen del ex primer Ministro de Allende, Orlando Letelier, ocurrido el 21 de septiembre de 1976 ( en Estados Unidos)
El fusil Kalashnikov plegable que Fidel le regalara a Allende y que, según la versión oficial de los militares habría sido el arma del suicidio, permanece desaparecido a pesar de ser una pieza de alto contenido histórico.
Ni siquiera el informe completo de la exhumación, realizada con ocasión de su funeral el 4 de septiembre de 1990 ha sido dado a conocer.Aumenta estas dudas, el hecho que Pinochet ordenó personalmente el fusilamiento inmediato del estrecho colaborador de Allende, Enrique Paris, quien lo acompañó esa jornada hasta el final y pudo ser testigo de su muerte. También mandó matar a todos los guardias presidenciales que estuvieron con Allende ese día.
El 20 de septiembre de 1973, el general Baeza, que ya había olvidado su transitoria renuncia, añadía que “los proyectiles suicidas fueron disparados con el arma puesta entre las rodillas y el cañón pegado a la barbilla”. Y agregaba: “Arma utilizada: fusil-ametralladora núm. 1.651, de fabricación soviética, en cuya culata se leía la inscripción: ‘A Salvador, de su compañero de armas, Fidel’”.
Pero, aparentemente, del fusil-ametralladora dedicado por Fidel Castro no salió ningún tiro el 11 de septiembre, ni el arma estuvo en La Moneda, al menos mientras Allende vivió. Desapareció ese mismo día, y nunca más se lo ha vuelto a ver, aparentemente destruido (junto a todas las otras pruebas físicas de las armas y proyectiles que pudieron intervenir en la muerte de Allende) por orden del general Javier Palacios, siguiendo instrucciones de la Junta Militar.
El asesor político de Allende y perseguidor implacable de Pinochet, el abogado español Joan Garcés,afirmó que “La metralleta obsequiada por Fidel Castro a Salvador nunca salió de El Cañaveral ( residencia presidencial donde Allende se reunía con sus íntimos) ; siempre estuvo allí, expuesta en una pared del living”.
La noche del 10 al 11 de septiembre, tanto Joan Garcés como el periodista Augusto Olivares pasaron la noche en Tomás Moro , residencia de Allende (después del bombardeo en La Moneda, también se bombardeó la casa de Salvador Allende en la calle Tómas Moro). En la madrugada se trasladaron a La Moneda, tras los coches que llevaban al Presidente y su escolta, armados cada uno de sus integrantes con fusiles-ametralladora AK-S. Éstos eran 20 ó 23, según distintas fuentes, pero el arma obsequiada por Fidel Castro seguía en El Cañaveral.
(imagen de la casa de Allende en la calle Tomás Moro tras ser bombardeada)
(María Contreras, "La Payita", secretaria de Allende)
Es cierto que la Payita ( secretaria personal de Allende) , que vivía en El Cañaveral, al enterarse del golpe bajó inmediatamente a Santiago, junto a 13 agentes de la guardia personal del Presidente, entre ellos su hijo, Enrique Ropert, de 19 años. Pero no pudieron llegar con sus armas hasta la misma Moneda. Se ignora si bajaban con el arma obsequiado por Fidel Castro. Fueron hechos prisioneros en la Intendencia, desarmados, incluido el hijo de la Payita, que hasta hoy permanece como detenido-torturado-desaparecido.
Así, en el mejor de los casos, la metralleta de Fidel quedó secuestrada en la Intendencia, aunque lo más probable es que “nunca haya salido de El Cañaveral”, como sostiene Joan Garcés. Pero desde la Intendencia o desde El Cañaveral pudo ser fácilmente trasladado aquel arma a La Moneda, una vez concluida la batalla, disparar dos balazos a la pared, atravesando el tapiz, e inventar la fábula del “suicidio de Allende con el obsequio de Fidel” que propagandística y subliminalmente,asociaba el final de Allende con el castrismo.
A las 19:10 horas del mismo 11 de septiembre se reúnen por primera vez (en el edificio de la Escuela Militar) los cuatro integrantes de la Junta Militar y se ponen rápidamente de acuerdo, antes de dirigirse por cadena de televisión al país: control riguroso de la población, largo estado de sitio con toque de queda, ruptura de relaciones con los países de la órbita soviética.
“Lo que les toma más tiempo es la disyuntiva de cómo informar de la muerte de Allende. El acuerdo final es emitir un comunicado, que saldrá el jueves 13, y mantener en reserva el lugar de su sepultación”, según relata Ascanio Cavallo, en la serie “Las 24 horas que estremecieron a Chile".
Así, en el mejor de los casos, la metralleta de Fidel quedó secuestrada en la Intendencia, aunque lo más probable es que “nunca haya salido de El Cañaveral”, como sostiene Joan Garcés. Pero desde la Intendencia o desde El Cañaveral pudo ser fácilmente trasladado aquel arma a La Moneda, una vez concluida la batalla, disparar dos balazos a la pared, atravesando el tapiz, e inventar la fábula del “suicidio de Allende con el obsequio de Fidel” que propagandística y subliminalmente,asociaba el final de Allende con el castrismo.
A las 19:10 horas del mismo 11 de septiembre se reúnen por primera vez (en el edificio de la Escuela Militar) los cuatro integrantes de la Junta Militar y se ponen rápidamente de acuerdo, antes de dirigirse por cadena de televisión al país: control riguroso de la población, largo estado de sitio con toque de queda, ruptura de relaciones con los países de la órbita soviética.
“Lo que les toma más tiempo es la disyuntiva de cómo informar de la muerte de Allende. El acuerdo final es emitir un comunicado, que saldrá el jueves 13, y mantener en reserva el lugar de su sepultación”, según relata Ascanio Cavallo, en la serie “Las 24 horas que estremecieron a Chile".
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